
La publicidad es un excelente instrumento para examinar las emociones humanas y comprender por qué los mensajes captan nuestra atención e incluso tienen capacidad para influir en nuestra conducta. Los creativos publicitarios son ante todo provocadores de sensaciones mediante estrategias que generan el interés del público por su originalidad y su aguda percepción sobre las motivaciones psicológicas y sociales de los individuos. Si bien es cierto que el formato publicitario se inspira en las diversas fuentes artísticas de la actualidad, a su vez busca inspiración en un lenguaje tan antiguo como el ser humano, que son los símbolos universales que conviven en el inconsciente y brotan a la superficie convertidos en un texto comprensible que recogen los mitos, leyendas y cuentos de hadas y que aparecen en el relato publicitario para susurrar al oído del espectador y despertar sus emociones más íntimas.